La historia de Covadonga Plaza
Sus inicios no se entienden sin las blusas con puntillas antiguas y los bordados que le enseño ,cuando se dedicaba al pret-à-portêr, Teresa Terradas, quien hacia trajes a la Reina de España.
GUADIANA fue la primera firma que lanzo junto con dos amigas especializada en colecciones de fiesta.
Su debut en la moda nupcial tuvo lugar en Madrid cuando la dueña de una Boutique le encomendó el vestido de su hija, tardo poco en llegar un segundo encargo esta vez en Gijón, y tras varios trajes abrió su primer taller ubicado en un piso de Marques de Santa Cruz donde recibía lunes, miércoles y viernes de cuatro a ocho de la tarde. Las modistas que respondieron al anuncio que puso en el periódico en aquella época, siguen formando a día de hoy parte de su equipo.
Tras la buena acogida que tuvo su estilo, inauguró una tienda en González del Valle que años más tarde se trasladaría a Marques de Pidal, un edificio de altos techos, suelos de madera antigua y muchos espejos. Chus Quirós fue el artífice de ese maravilloso espacio donde la organza, el ottoman,el dupion y el micado fueron protagonistas de los diseños que vestían el escaparate y los colgadores.
Pero no solo Asturias albergo el sueño de Covadonga, Madrid fue la sede de su lanzamiento nacional, primero en Claudio Coello y ahora en pleno barrio de Salamanca.
Este año inauguró un nuevo espacio en la calle que vio nacer su primera tienda pero unos números más arriba: paredes bañadas en blanco, vigas turquesas y cristal para una nueva etapa donde reinan el crepe triple, las gasas y muselinas.
Covadonga Plaza, Va, viene, y siempre se queda.Biografía
Covadonga Plaza (Gijón,1956 ) nació con una aguja bajo el brazo, los primeros que vistieron sus diseños elaborados con las banderas de retales que traían los viajantes, fueron las muñecas y sus primos, a los que hacia disfraces para las fiesta de los Fernández-Vega en Ceceda.
Mientras otros dormían, despertaba su curiosidad, Covadonga prefería soñar con las máquinas de coser. Las telas le dieron alas y pronto sus blusas con puntillas antiguas volaron de sus manos, hasta que llego el despegue de carrera cuando la dueña de una boutique le propuso hacer el traje de novia de su hija.
Esa fue la primera de una larga lista de mujeres que han confiado en ella para el día más importante de sus vidas, primero en el taller de Oviedo y posteriormente en Madrid. Allí, telas y bordados traídos por Covadonga de sus viajes por todo mundo han tomado forma convirtiéndose en obras de arte creadas para vestir piel en vez de pared.