El verano se acabó y Sandra nos llamó para que le ayudáramos a guardarlo. No fue tarea fácil, eran muchas sus cosas, unas pequeñas, otras grandes y todas frágiles.
Cada uno llevo su corazón de casa; para meter dentro los recuerdos, costumbres y rutinas de la época más esperada del año, y sonrisas para precintar.
Empezamos guardando todas las veces que nos fuimos por las ramas, y cerca, muy cerca, las ocasiones donde estuvimos tentados a echar raíces lejos de nuestro tiesto.
Seguimos por los desayunos tardíos, las comidas que se alargaban hasta la merienda y las cenas que terminaban al amanecer. Las sobremesas sin prisa, con flores y tiempo, la buena compañía y todo lo que ella traía.
La sensación de que nadie nos iba a cerrar el grifo, de verlo tan claro incluso llevando las gafas de sol puestas.
Los recuerdos dulces, con o sin azúcar. Las noches tumbados viendo las estrellas en el cielo y los días buscándolas en el mar.
Todos los mensajes que hemos encontrado ,o no, en las botellas. Los que enviamos sin deber, los que debíamos enviar pero no lo hicimos, los que nos respondieron sin una pregunta previa. Todos.
Todas las canciones del verano, de este y de los anteriores. Las que empezamos inventándonos porque no sabíamos la letra y acabamos sabiendo de memoria de tanto y tanto cantarlas a grito pelao.
Las veces que salimos a tomar algo y acabo siendo todo, los sueños de las noches de verano y todas las veces que nos quedamos sin dormir por disfrutarlo.
Los colores vivos con los que nos vestimos esta temporada y que no queremos que mueran en el armario.
Todo lo que hemos celebrado, antes o después de tiempo. Todo lo que nos ha sacado una sonrisa de esas que son tan grandes que no pueden guardarse.
Todas las fotos que nos hemos sacado y también las que no y ahora nos arrepentimos.
Todos los motivos y las personas con las que (y por las que) hemos brindado. Y guarda también esa burbuja en la que nos gusta estar de vez en cuando.
Íbamos a guardar esto también, pero ya no quedaba nada cuando empezamos a recoger.
Septiembre volvió y nosotros lo celebramos. Guarda esa frase y déjame que yo me quede solo con una cosa.
Efectivamente, contigo.
CRÉDITOS: Calista One Summer Party con la colaboración de Vip Comnunicación
fotos: Bossanova weddings Lugar: Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañón
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